Una sección del movimiento mundial de defensa del clima en Auckland, Nueva Zelanda, ha decidido poner fin a sus actividades. La razón fue … autoacusación de racismo. Según el periódico británico «The Guardian», el grupo se consideraba «un espacio racista dominado por los blancos».
El departamento de Movimiento Global de Greta Thunberg se negó a hablar con los periodistas, pero sintió que los partidarios merecían alguna explicación, por lo que ofreció su autocrítica a través de las redes sociales. El comunicado señaló que los miembros de la organización «evitaron, ignoraron e ignoraron las voces y demandas de BIPOC» (Comunidad Africana, Indígena y No Africana).
Los activistas se comprometieron a «fortalecer el espacio de justicia climática bajo el liderazgo de BIPOC». El objetivo es poner mayor énfasis en la participación de personas de diferentes minorías en los esfuerzos por mejorar el clima mundial. Como se explica en el perfil de Facebook de la sección antes mencionada de la “Huelga por el clima escolar”, la lucha por la “justicia climática” debe ser impulsada por las necesidades de la comunidad BIPOC.
Sophie Handford, líder de School Climate Strike en Nueva Zelanda, evaluó que «existe una necesidad real de dar espacio a los pueblos indígenas y transformar el movimiento para que puedan apoyar adecuadamente a la comunidad en su búsqueda de la justicia climática».
Aja / The Guardian
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