Los perros entienden las palabras. Así lo demuestran las investigaciones realizadas por científicos y el perro de nuestro colega editorial.

Nos entendemos sin palabras, pero también con su ayuda. Los guardianes saben muy bien sobre sus perros lo que acaban de comprobar los científicos húngaros. Los perros no sólo pueden reconocer palabras, sino que también pueden identificarlas con objetos específicos. Como Chile, el perro de la corresponsal de World Facts, Justina Zuber.

En el estudio realizado en Budapest participaron 18 perros. Cada animal fue conectado a un dispositivo de electroencefalógrafo (EEG) que mide los potenciales eléctricos registrados en la superficie de la cabeza después de una estimulación adecuada.

Durante el estudio, el cuidador decía el nombre y mostraba el objeto conocido correspondiente, y los investigadores comprobaron qué áreas del cerebro eran estimuladas durante este tiempo. En intentos posteriores, se demostró que cuando el cuidador solo mencionaba el nombre sin mostrar el objeto, las mismas áreas del cerebro permanecían activas. -Los perros vinieron al laboratorio con sus juguetes. Durante el experimento, el propietario mostró otros objetos y luego los guardó. Por supuesto, esto es frustrante. Ves tu pelota favorita y quieres jugar con ella, pero el dueño la vuelve a esconder y te pide que te quedes quieto. Los perros tuvieron que ser entrenados en este ejercicio, sobre todo porque el dueño no estaba al lado de ellos, sino detrás de una pared de vidrio, dice Mariana Burros, investigadora y coautora del proyecto.

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Pero lo más importante fue la etapa final del experimento, cuando el cuidador mencionó un nombre conocido pero mostró algo que no coincidía. La actividad cerebral demuestra que los perros no se dejaron engañar: sabían que el nombre no coincidía con el objeto.

– Cuando la llamada representación mental no coincide con el objeto visual, el cerebro del perro se comporta exactamente como el cerebro humano. Los perros entienden que las palabras significan cosas. Pueden pensar de manera lo suficientemente abstracta como para comprender que la palabra se refiere a algo externo y físico. Al igual que en las personas, bajo la influencia de una palabra se activa una representación mental en su cerebro y no se necesita ningún contexto para ello – explica Boros. Los científicos todavía quieren comprobar si los perros son capaces de generalizar conceptos. Por ejemplo, ¿solo asocian la palabra “pelota” con un juguete para masticar conocido o con cualquier objeto redondo? Tampoco está claro cuál es la posible contribución humana a esto. Los perros comenzaron a acompañar a las personas de forma permanente hace unos 30 mil años.

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En The Guardian podemos leer la afirmación de la Dra. Holly Root Guttridge: “En mi opinión, estas capacidades del cerebro del perro no son el resultado del proceso de domesticación. Empezaron antes. Esto, a su vez, puede significar que otros mamíferos también puedan identificar el nombre de un objeto. Esto podría conducir a posibles nuevos avances en el estudio de la evolución del lenguaje. «Otra conclusión surge de la investigación. Lo más probable es que si un perro no trae el juguete adecuado no es porque no nos entienda. Simplemente ignora la orden porque simplemente no le interesa jugar».