Los medios neozelandeses informaron sobre el dramático vuelo realizado por pasajeros latinoamericanos, después del cual es posible que ya no quieran abordar aviones. Durante el vuelo, el avión perdió altitud inesperadamente unas dos horas después del despegue.
No había señales de una situación tan grave, por lo que muchos pasajeros no llevaban el cinturón de seguridad. Fueron literalmente arrancados de sus asientos.
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Una de las personas a bordo estaba durmiendo una siesta cuando una sacudida la despertó. Abrió los ojos y vio a su vecino golpeándose la espalda contra el techo. “Luego se cayó y se golpeó la cabeza con el asiento. Todos en el avión gritaban. Había gente tirada en los pasillos. «El techo quedó completamente destruido», dijo un testigo al periódico neozelandés The Post.
El piloto afirma que «Todos los indicadores se apagaron«Perdió la capacidad de realizar cualquier maniobra», dijo al portal Brian Gucat, uno de los pasajeros del desafortunado vuelo.
Después de aterrizar en Auckland, el avión debía dirigirse a Santiago de Chile, pero los daños lo impidieron.
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50 pasajeros resultaron heridos en el vuelo de Sydney a Auckland. De los heridos, 13 fueron trasladados al hospital, uno de ellos en estado grave, según el Servicio de Ambulancias de Nueva Zelanda.
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