Los fiscales federales dijeron que el FBI había arrestado a dos ciudadanos chinos que dirigían una instalación policial china secreta e ilegal en la ciudad de Nueva York. Los investigadores también acusaron a 40 policías chinos de hostigar y espiar a disidentes chinos en Estados Unidos.
La Oficina del Fiscal del Distrito Federal para el Distrito Este de Nueva York (EDNY) anunció el lunes que los investigadores del FBI arrestaron a dos ciudadanos chinos: «Harry» Lu Jianwang, de 61 años, y Chen Jinping, de 59 años.
Los hombres debían dirigir una comisaría ilegal y secreta a partir de 2022 en nombre del Ministerio de Seguridad Pública de la República Popular China. A través de la instalación, debían brindar servicios a los ciudadanos chinos, como renovar las licencias de conducir chinas, pero también espiar a los disidentes chinos que viven en los Estados Unidos.
La instalación estuvo en funcionamiento hasta el otoño de 2022, cuando sus operadores se enteraron de la investigación del FBI. Los hombres tuvieron que borrar evidencia de sus actividades. Lu y Chen fueron acusados de conspiración para actuar como agentes de la República Popular China y obstrucción de la justicia. Los primeros cargos se castigan con hasta 5 años de prisión, el segundo, hasta 20 años.
Los chinos dirigían una comisaría ilegal en la ciudad de Nueva York.Justin Lin/Pap/Eba
Las actividades de la República Popular China van más allá de los límites del comportamiento estatal aceptable. «Defenderemos con firmeza las libertades de todos los que viven en nuestro país de la opresión autoritaria», dijo el fiscal general adjunto Matthew Olsen.
Cargos contra 44 ciudadanos chinos
La ubicación en el bajo Manhattan fue uno de los más de cien puntos de control ilegales supuestamente colocados en secreto por Beijing en ciudades de todo el mundo.
En dos casos separados, 44 ciudadanos chinos, incluidos 40 policías, fueron acusados de participar en una campaña coordinada para hostigar e intimidar a ciudadanos chinos residentes en Estados Unidos que criticaban a Beijing.
Los acusados, que siguen prófugos porque viven fuera de los EE. UU., presuntamente amenazaron a los disidentes usando cuentas falsas de redes sociales e interrumpieron sus chats de video. También se suponía que debían distribuir propaganda a través de Internet y alentar a los estadounidenses simpatizantes de la República Popular China a transmitirla.
Fuente de la imagen principal: Justin Lin/Pap/Eba
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